EZEQUIEL WOLF

martes, 24 de julio de 2012

sábanas de ensueño


Y pienso en cuántas formas hace un cuerpo en las sábanas las sábanas que duerme.
Y mientras las sábanas duermen, pienso si las formas son 2, 114 o 792.
Pienso en el cuerpo que duerme conmigo sobre las sábanas
y que cuando salga del baño vuelverá a acostarse al lado mío.
Pienso en que el cuerpo que duerme sobre las sábanas puede hacer 2, 14 o 178742 formas o muchas otras tantas más cuando está conmigo.
Y entonces la veo venir
y en ese andar veo como sus dos piernas son gobernadas por su ritmo
no siempre siguen el tempo del corazón de la miel o de las mariposas en la panza, no.
Veo que camina marcando el tiempo de su corazón bombeando sangre
aunque por ahí entre sístole y diástole
la cara interna de sus rodillas se choque sin llegar a tocarse,
sólo rozándose.
Y ella peina su sexo enrulado y me mira sonriente
y un hilo de baba sónica chorrea de mi boca y cae sobre el cuaderno
y es ahí cuando suelto la mano para limpiarme la boca
acto reflejo de la erección que despierta en mí ese cuerpo,
y la lapicera se me cae al colchón primero para morir en el suelo después
y ella gatea hacia mí lentamente
agarra la lapicera con los dientes y sube a la cama
y sigue gateando hasta mí para detenerse entre mis piernas
y lejos de levantarme la voz
me escribe en el muslo mientras me susurra
“te estoy leyendo eh, te estoy leyendo.
Siempre te estoy leyendo”.

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