EZEQUIEL WOLF

viernes, 30 de noviembre de 2012

Mi nombre y apellido


En la búsqueda de verte acostada en el suelo
como en un sueño
rodando sobre vos
mirándome sonreírte
mostrándome tus dientes
como interminables 18 mil dientes de esmalte
te reís
te reís y me mirás
y girás sobre vos
verbo conjugado en tu humor propio
-hola- decís con los párpados entrecerrados
los labios pegajosos que no podes despegar del todo
hasta que un bostezo nace de vos
y te fundís en él
espasmo del movimiento
y gemís sedienta de despertarte
y te desperezas frotándote contra mí
enredada entre mis piernas
y me escalás desde la cintura a la boca
y me conquistás el cuello diciendo que amás mi nombre y mi apellido.

martes, 27 de noviembre de 2012

15:07 en Baires



...Ale se arrodilla en la cocina de su casa a limpiar el suelo.
Anoche salió y volvió a las 8 de la mañana totalmente dado vuelta.
Pintó el piso flotante con sus vómitos sangrantes
consecuencia de un certero golpe al corazón
por la que tampoco escuchó el despertador
y por eso cuando se despertó ya era tarde.
En el trabajo le habían advertido que no tolerarían otra llegada tarde más,
Así que fue hasta la cocina para hacerse un café con leche y lavarse la cara
y ahí nomás vio su Vomir, souvenir de la noche del reviente...
Ale se arrodilla en la cocina de su casa a limpiar el suelo
y es en esa flexión que su único Jean celeste ya gastado se rompe
y lo bautiza con una hermosa Onomatopeya
“GRUNGE”

lunes, 12 de noviembre de 2012

LitGrunge Vol IV

Noche primaverales en el sur de la tierra noches donde lo salvaje bulle en la sangre noches donde los estornudos alérgicos cierran los párpados y los ojos aprovechan la fotofobia para justificar un par de lágrimas noches donde la cursileria se desata y después de todo para eso existe el amor para demostrar que las palabras a veces no alcanzan" escribió Eduardo Diez en una servilleta en una pizzeria de la calle corrientes, ahí nomas en el centro cerca de donde vive la chica que huele a espíritu adolescente, ahí nomas al borde de donde ellos solos pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo, y entre borracho, desorientado y un poco inconsciente caminó con la carta en el bolsillo arrastrando los pies hasta que tropezó con una baldosa floja y se sentó en un umbral en el que se sentó a leer lo que había escrito "Noche primaverales en el sur de la tierra noches donde lo salvaje bulle en la sangre ..." y empezó a susurrar el texto, "... noche donde el los estornudos alérgicos cierran los párpados" y entonces levantó cada vez más la voz " y los ojos aprovechan la fotofobia para justificar un par de lágrimas " hasta que finalmente se puso de pie y gritando hasta raspar la garganta desató lo que faltaba " noches donde la cursilería se desata y después de todo para existe el amor para demostrar que el lenguaje a veces no alcanza" y así lo leyó una y otra vez llorando cada vez más fuerte hasta que entre tantas lágrimas desató una sonrisa y fue una de esas carcajadas lo que hizo que una chica que había estado durmiendo plácidamente se despertara y al asomarse por la ventana descubrió que el poeta borracho no era otro que nuestro querido Eduardito Diez, que no se dio por enterado y que al verla a ella la chica que huele a perfume adolescente abriendo la puerta del umbral a las 3 AM se abalanzó sobre ella y entre abrazos y llantos se desarmó hasta quedar los dos acostados en el piso con la puerta abierta comiéndose a besos.

viernes, 2 de noviembre de 2012

YALODIJOMIKE: “TUDOLORESAMORTRANFORMÁNDOSENMUNDO”. 1/8

Mirá el reloj, son las 5:08 ¿Qué excusa tenés? Ahora qué vas decirme Luna? - Le dijo Cristina a su hija desde la puerta de la habitación apoyada contra el marco de la puerta con el hombro derecho y sosteniéndose a la vez con la mano derecha y haciendo peso sobre su pierna derecha también, para no perder el equilibrio. Luna sabía perfectamente qué hora era pero en ningún momento sintió que fuese tarde, ni mucho menos que para estar despierta, aun, a esa hora como a cualquier otra, fuese necesario tener una excusa. Sentada en una silla de patas metálicas con respaldo y apoyaculos naranja con olor setentista y nuncademodé, Luna tenía las piernas cruzadas. La derecha colgando por sobre la izquierda hacía un rato largo ya, manía que descubrió años después de haberlo hecho por primera vez, quizás imitando la pose de algún superhéroe pelilargo músico, actor o escritor, quizás de algún poeta, o de una mujer nerviosa a la que vio sentarse así para encontrar su centro, para concentrarse en ella para centrar el peso de su cuerpo todo en la totalidad del cuerpo contorsionado sobre el pecho contra el muslo de su pierna derecha. Hacia varias horas que estaba sentada frente a la computadora jugando a ser canal de su propia escritura automática con el sonar de fondo de viejos programas de radio grabados todavía en Casette. -Che! Carajo te estoy hablando!- -¿Qué querés mama? -Que mires la hora que es! ¿Qué hacés todavía despierta a esta hora y encima afuera de la cama? –