EZEQUIEL WOLF

viernes, 26 de julio de 2013

CartadeCassandraaDante;


Cassandra se levantó temprano y se fue a trabajar. Dante dormía. Camino al trabajo Cassandra, como muchas mañanas viajó sentada en el colectivo. Sentada en los individuales junto a la ventana sacó el cuaderno y empezó a escribir. Terminó de escribir justo dos paradas antes de bajarse. Se paró. Tocó el timbre. Caminó hasta la esquina. Sólo le quedaba una cuadra para entrar trabajar. Miró la hora. Y si ya era tarde, estaba llegando tarde pero la verdad es que no le importaba. "buendía" le dijo la florista que pasó caminando arrastrando el chango para no olvidárselo como si se estuviese escapando de algo, con un cigarro apaado en la mano. "Piba" tenés fuego le preguntó un señor que salía de la pollería. "sí" como no dijo ella. Abrió la mochila sacó el encendedor y se lo dió al viejo. Al cerrar el bolsillo recordó la carta y entonces arrancó la carta del cuaderno y fue hasta la casa de Dante para pasarle la carta debajo de la puerta. Después pegó la vuelta manzana y entró a trabajar mientras Dante simplemente disfrutaba del placer que a veces es poder dormir aunque sea 5 minutos más.
"no hay nada más que hacer hoy así que ya está ya lo decidí, ahora yo me voy al oculista, vos viste, vos ves, yo veo, todo vemos, bueno todos no ven, pero eso ahora no importa, así que bueno yo me voy al oculista y vos mientras tanto te vas a caminar por el centro, jugás a perderte entre estanterías de libros viejos y libros nuevos, el olor de los libros que sé que te gusta tanto, tanto como el olor del pasto a la mañana cuando el rocío acaba de caer y el sol pega en la carpa y una se despierta antes de que el haberse despertado y haber  viajado en carpa sea una tedio, una tortura entremezclada con la transpiración, la no oposición de los sexos opuestos, y que cuando una se emborracha y se queda dormida, se  olvida también de que el cuerpo es el primero en pedirlo, pero también el primero en querer largarlo al alcohol, así que bueno yo me voy al oculista y vos jugas a perderte entre héroes, rayuelas, tumbas, historias argentinas, santos patronos del vómito, rockeros que cansados de sus vidas jugaron a matarse en brasil, idealistas, discos en 33 1/3 que nunca pensaron que dejarían de girar y tener música eterna enraizada en sus surcos para siempre, yo voy al oculista a ver si los mareos y los dolores de cabeza son por los anteojos de todo el tiempo, o si por esos anteojos de mierda de 15 pesos que me compré contra el sol y el sol se declaró en guerra contra ellos y ellos en guerra contra mí y me hicieron doler, y entonces una vez que te aburras de perderte por el centro o que te hayas encontrado en algún umbral, o en la mesa o la barra de algún café me decís dónde estás y yo te paso a buscar y entonces como dos amantes nos vamos al cine"

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