Para Eduardo Diez donde quiera que esté, ya
sea en Marindia, Por ejemplo, ahí donde siempre son dos, no como en esas
ciudades en las que la inmediatez por momentos hace que el perfume dulce huela
a "cagar más alto que el culo".
El hemisferiogrunge sabe que esta debe ser de las canciones que más ha hecho sonar, no solo de pearl jam sino de todas, de hecho sabe que peral jam y todo ha sido lo que más ha hecho sonar, pero después de todo se sobreentiende que por eso es el hemisferiogrunge, ese porque respirar y gritar a veces son lo que necesita Eduardo Diez* cuando siente que el cuerpo no le alcanza para expresar aquello que las palabras tampoco saben decir, porque las palabras no saben decir, las palabras solo son dichas, pero es que él sabe que la bailarina con espíritu adolescente de a momentos no habla el mismo idioma y entonces él no hace más que intentar respirar y gritar para intentar apaciguar a la bestia pero en lugar de eso sólo consigue agitarse, sentir ese mareo que parece que de una vez por todas dará rienda suelta a los pensamientos...
El hemisferiogrunge sabe que esta debe ser de las canciones que más ha hecho sonar, no solo de pearl jam sino de todas, de hecho sabe que peral jam y todo ha sido lo que más ha hecho sonar, pero después de todo se sobreentiende que por eso es el hemisferiogrunge, ese porque respirar y gritar a veces son lo que necesita Eduardo Diez* cuando siente que el cuerpo no le alcanza para expresar aquello que las palabras tampoco saben decir, porque las palabras no saben decir, las palabras solo son dichas, pero es que él sabe que la bailarina con espíritu adolescente de a momentos no habla el mismo idioma y entonces él no hace más que intentar respirar y gritar para intentar apaciguar a la bestia pero en lugar de eso sólo consigue agitarse, sentir ese mareo que parece que de una vez por todas dará rienda suelta a los pensamientos...
* Eduardo Diez, un cronista entrado en años ya, que supo
dirigir diversos suplementos de índole periodísticos, pero por razones
personales, (su corazón) tuvo que abandonar la profesión, para dejar de querer
ser Hemingway y empezara ser un poco más él.
Eduardo era
de esas personas que odiaba la música en Ingles si había sucedido después del 1
de enero de 1959.
Pero que el
día que escuchó esta canción en de los auriculares de una bailarina que huele a
espíritu adolescente que aturdía sus tímpanos con esta canción mientras
revolvía cajones de libros usados en librerías de corrientes, Eduardo le
preguntó cómo se llamaba la canción, y ella al no saber Ingles, sacó el Mp3 de
su bolsillo, le mostró el nombre y juntos se fueron a tomar un café, donde él
le tradujo ese y muchos otros temas más, y ella, le tradujo esas cosas que él
había dejado congeladas cuando jugar a ser Hemingway pesó más que intentar ser
él.
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